martes, 7 de julio de 2015

El Yugo Desigual


     No te equivoques, hay cosas que pueden ser color de rosa al principio, pero al final te llevan a una vida de descilusión completa, que es muy tarde de remediar, (2 Corintios 6;14) habla que no debemos unirnos con los incrédulos porque nunca puede haber comunión la luz con las tinieblas, es decir, un creyente y un incrédulo juntos nunca van a estar bien siempre van a tener problemas, no van a poder estar unidos porque hay una barrera que los separa y son sus principios.

     En 2 Corintios 6:14-15 Pablo nos da una orden y luego hace una serie de preguntas: "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿ Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?". La mayoría estamos de acuerdo en que el matrimonio entre un cristiano y un inconverso está terminantemente prohibido por Dios. Todo creyente que contrae nupcias con una persona fuera de la familia de Dios, puede estar seguro de que está actuando contra la voluntad del Señor, cualesquiera que sean las circunstancias. Sin embargo, no estamos tan seguros del porqué.


     Al contraer matrimonio las dos partes llegan a ser "una sola carne" (Ef. 5:31; Gn. 2:24). Esa frase expresa antes que nada la relación sexual dentro del matrimonio. Pero el sentido completo se desarrolla más ampliamente con el correr de los años. El matrimonio es un enlace que involucra no solamente el cuerpo, sino también el alma y el espíritu.

     La Biblia prohíbe el matrimonio mixto entre creyentes e inconversos porque no es posible desarrollar en forma plena la verdad de "una sola carne". No se puede unir el espíritu viviente del creyente y el espíritu muerto (sin Cristo) del incrédulo. No hay, ni habrá comunión espiritual. Por lo tanto, la comunicación se realiza solamente a nivel del "alma"; la sala de controles de quien no conoce a Cristo.

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